Tus Manos En Mi Espalda.

Quizás lo correcto fue nunca verte, quizás lo mejor fue vivir de la fantasía y no esperar a que me subieras en ese ascensor que parecía nunca terminaría de subir, pero lo hiciste y cuando se detuvo en lo mas alto las puertas se abrieron, pensé que volaría contigo, pensé que lo habíamos logrado juntos, llegar lejos sin importar nada, solo tu y yo, logrando todo lo que parecía imposible a los ojos del mundo, ahí en la cima de todo, en lo mas alto que se pueda estar pero yo solo sentía felicidad y el amor mas grande que se podía sentir aunque tus manos en mi espalda jamás pensé sentirlas, jamás pensé sentir tus manos sobre mi espalda empujándome al vacío, tumbandome y dejándome caer solo y sin seguridad, solo me quedaba verte mientras caía, ver como mientras mas rápido caía mas me despedazaba y no era como se acostumbran a despedazar las cosas era peor, mi interior se hacia lava ardiente que quemaba todo mi interior sin importar nada, se derretía e inundaba todo mi cuerpo mientras yo recordaba que ese mismo sentimiento lo tuve cuando te vi el primer día y la felicidad se desbordada por mis poros solo que ahora se desborda y quema, destruye, tanto que sentía como mi vida valía cada milésima de segundo menos, horrible, sin piedad, mientras caía recordaba aquel sueño en el que tu estabas vestida de blanco y nos arrojaban arroz con felicidad o simplemente recordaba aquel día cuando tomaste mi mano llorando y dijiste que nunca te alejarías de mi y en cierto punto es así, no te alejaste, solo hiciste todo lo que debías para que yo me alejara así como ahora, tu en la cima y yo alejándome con velocidad al piso mas duro que pueda existir sobre la fas de la tierra, golpearme contra el me hará entender tantas cosas de nuevo; quizás mi mama tenga razón cuando habla de las personas que lo dan todo por alguien, siempre terminan siendo lastimados porque ya dieron toda la felicidad y la vida necesita equilibrio, necesita recordarme que debo sentir dolor y que la balanza debe volver al reposo absoluto, a 0, pero yo simplemente sigo subiendo ascensores para ser empujado, manos que marcan mi espalda una y otra vez, manos que matan! Porque eso hizo ella matarme al empujarme, no al caer si no al empujarme porque ya sabia que estaba totalmente perdido, si crías un asesino quizás ese asesino termine clavando un puñal de cuchillos en tu pecho todos enterrados tan fuerte que ninguno podrá salir. Manos que matan, empujan, engañan y lastiman, manos que son capaces de demostrar lo poco que puedes valer para alguien o lo poco que puede sentir alguien por ti, tus manos en mi espalda me llevaron a esto, a este piso frío que me destruyó y me recordó que a veces la soledad es el mejor sentimiento. Tus manos en mi espalda tatuaron soledad, tatuaron dolor, tatuaron una espada que me atravesó, solo se algo y es de lo que estoy totalmente seguro que es que no volveré a sentir... Tus manos en mi espalda.