Ahí estaba ella sentada a la orilla de la playa observando como el sol se ponía en un hermoso atardecer, había tenido otro día de los suyos, fuertes, donde su grado de valoración descendía con mas velocidad que una bala en caída libre; soledad era el único sentimiento que quedaba vivo en su cuerpo porque todos los demás habían muerto, no se sentía suficiente para alguien ni siquiera para realizar algo que le gustase. Se levanto de la arena rumbo a su departamento donde la esperaba una cantidad desesperada de somníferos dispuestos a llevarla a un sueño del que no regresaría jamas, esa luz al final del túnel de las que muchos hablan.
Caminaba cabizbaja, con sus ojos quebradizos a punto de explotar en ese mar de llanto en el que se ahogaba a diario pero solo seguía caminando perdiendoce y sumergiendoce en sus propios pensamientos hasta que sintió un fuerte empujón por su costado cayendo a la arena con ferocidad golpeando su cadera, cuando subió la mirada adolorida, pudo notar que era un joven como de su misma edad y estatura, había caído también por el choque pero cuando sus miradas se cruzaron hubo una conexión inexplicable aunque aun así ella estaba muy enojada y adolorida pero antes de soltar una lluvia de insultos sobre el joven este se levanto y siguió corriendo con desesperación.
Él escondió lo que llevaba en la mano para que ella no lo notara y siguió corriendo pero fue imposible no sentir esa culpa que lo invadió metros mas adelante y decidió regresar a ver que había pasado con la chica que atropello, volvió al lugar donde la atropello y no la encontró, solo las marcas en la arena, siguió caminando y buscándola con la mirada hasta que la vio unas cuadras mas adelante y la siguió hasta su departamento...
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