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domingo, 10 de abril de 2016

Tus pies, mi perdición.

Llegamos cansados de la cena de aniversario que tuvimos, fue bonito hablar y recordar tantas cosas que hemos vivido juntos además, andaba tan bella con ese vestido negro ajustado al cuerpo que hacia notar cada una de sus curvas, su cabello castaño suelto hacían el compás perfecto junto a sus ojos verdes que tanto amaba ver hasta perderme en ellos y esos tacones, tan sexys, negros y altos, sabia bien como vestirse y provocarme porque no hay quien me conozca como ella respecto a mis gustos.

Se sentó junto a mi a descansar y sus piernas las reposo sobre las mías, sabia que me provocaba pero mas lo hizo cuando rozo sus tacones junto a mi pene, me encendió tanto que me hizo arder y no pude evitar acariciar sus piernas, sus muslos, me clavo una mirada que entendí perfectamente mientras seguía jugando con mi erección y sus pies, quite sus tacones lentamente para sentirla mejor, gemí, no lo contuve y apretó mas mi erección con sus pies y casi me hace agonizar.

Los tome y me puse frente a ellos bese cada uno de sus dedos suave, los sentía mientras apretaba las plantas fuertes, eran tan suaves y cálidos, delgados, tan eróticos, me excitaba solo verlos y sus uñas pintadas de negro definitivamente sabia como excitarme; no me resistí y lamí sus plantas,
lento, suave, acariciando sus pies con mi lengua, mi respiración se agitaba y ella sabia que tan excitado estaba, me miraba y se retorcida, gemía suave mientras apretaba sus senos sobre el vestido y mientras lamia uno con el otro frotaba mi erección, chupaba sus dedos con fuerza, los estiraba, gemíamos juntos entre miradas intensas hasta que me dijo "sacalo".

Puse mi erección sobre el dorso de sus pies, estaba tibio y duro como siempre ella solía ponerlo, lo apretó suave con sus pies y apreté con fuerza uno de los cojines que estaban en el mueble era tan divino sentirla, me masturbaba suave, subía y bajaba con lentitud pero a la vez tan intenso que me hacia retorcer, subí un poco su vestido y jugué con su clítoris mientras ella jugaba en mi pene duro sediento de ella, gemíamos intenso, nos retorcíamos mientras mas aumentaba la intensidad en tal acto erótico; apreté ambos pies y me masturbe fuerte con ellos, lo hacia duro, follaba sus pies como si me hundiera en ella con fuerza una y otra vez, el éxtasis inundaba mi mente a tal punto que ya no podía pensar hasta que ella colocó la gota que derramo el vaso y si que lo derramo, "lléname de ti", gemí con fuerza y junte sus pies frente a mi pene mientras acabe con fuerza y la llene de mi en un orgasmo tan intenso que nublo mi vista pero no acabaría ahí solo escuche "sígueme que aun no termina".

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